Pie de foto: De izquierda a derecha: Benjamín Alliende, Valentina Colomés, Vicente Iribarne, Trinidad Sánchez y Martin Montesinos, alumnos que realizaron el intercambio a Alemania durante el periodo 2018-2019.
Una experiencia inolvidable y un viaje lleno de desafíos fue el que vivieron alumnos y alumnas del Instituto Alemán de Frutillar, quienes participaron del programa de intercambio estudiantil que les llevó a Alemania para vivir junto a familias y comunidades educativas de distintos puntos del país.
Fue así como cinco estudiantes de enseñanza media partieron hacia tierras alemanas a fines del 2018, para pasar el invierno europeo en localidades del norte y sur del país germano, donde pudieron reforzar sus conocimientos del idioma, conocer más de la cultura y realidad alemana, y al mismo tiempo crecer en lo personal, al desenvolverse de manera independiente.
Valentina Colomés, alumna de Cuarto Medio, vivió la experiencia del intercambio en la localidad de Ravensburg, al sur de Alemania, donde entre otros aprendizajes pudo mejorar notoriamente su dominio del idioma: “Cuando me volví a casa, ya en el idioma subí cualquier cantidad de nivel, y fue todo muy bonito. La cultura, allá todo es diferente y se puede notar. Básicamente vas a la calle y es otro orden, todo es mucho más ordenado que acá, y eso también es un cambio abrupto, cuando uno va de una cultura a otra. A algunos les cuesta adaptarse a los cambios, pero a mí no se me hizo tan difícil, porque siempre tuve una actitud positiva ante los cambios y ante los problemas que pude haber tenido, aunque finalmente no tuve ningún problema así es que en general estuvo todo bien”, aseguró.
Por su parte, el alumno de Cuarto Medio Benjamín Alliende vivió una gran experiencia en una pequeña localidad montañosa al sur de München, en donde el periodo escolar se desarrolla con normalidad a pesar de la nieve y el frío, según cuenta: “Impresionante que allá todos los alumnos van caminando al colegio, o en bicicleta. Es bueno para aprender el idioma, aprender de otras costumbres, porque en Alemania la gente se comporta de una manera muy distinta a cómo es en Chile, allá son más estrictos, más directos en las cosas, más organizados, diría yo”, explicó el alumno.
Una experiencia llena de motivación fue la de Vicente Iribarne, alumno de Tercero Medio, quien optó por partir a temprana edad rumbo al extranjero para afianzar su aprendizaje del idioma alemán: “Desde siempre nos inculcan la importancia que tiene el idioma en nuestro colegio, y a mí se me presentó la oportunidad de irme un año antes, lo que encontré genial, y decidí tomarla porque para un futuro, lo que me gustaría estudiar, hablar un buen alemán es muy importante, y esta experiencia fue genial. Conoces otra cultura totalmente distinta, vives como ellos, conoces el mundo, porque son cosas que uno, en su corta vida, todavía no las ha visto. Es una experiencia muy bonita, y que deberían hacer todos”, destacó.
Una de las vivencias que más marca a los alumnos y alumnas que van al intercambio, es la experiencia de compartir el día a día con una familia alemana, en la que son acogidos y considerados como parte de la comunidad local. Es lo que relata el alumno de Cuarto Medio Martin Montesinos: “Decidí ir a Alemania, estar dos meses allá, aprender sobre cómo se vivía allá, cómo era el colegio, en un sistema muy distinto. La gente es distinta, también es una familia nueva, para conocer cómo era el comportamiento con otras personas. Mi familia era muy simpática, eran todos muy deportistas, muy buena gente, simples. También comprobé que no es verdad eso de que el alemán es tan cuadrado para sus cosas. Son cuadrados y son derechos pero no dentro de rangos exagerados. Realmente llegan a la hora o las cosas se hacen bien, pero no es todo perfecto hasta un punto en que sea exagerado”, explicó Montesinos. A ellos se sumó también en esta última experiencia de intercambio estudiantil la alumna Trinidad Sánchez.
En estos días, el Instituto Alemán de Frutillar coordina las acciones para una nueva edición del intercambio escolar con Alemania, proceso que vivirán alumnos y alumnas que actualmente cursan segundo y tercero medio, con viajes planificados para fines del 2019.
